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¿Qué es el síndrome piriforme y cómo se trata?  8 formas de recuperar la diversión al correr




















 ¿Sientes dolor en los glúteos? Podría ser el síndrome piriforme. Aquí te explicamos las causas, los síntomas y el
 tratamiento.

 El pequeño músculo piriforme se encuentra detrás de los glúteos, en las nalgas, y juega un papel vital cuando caminamos.
 Permite que la pierna gire hacia afuera desde la cadera y proporciona estabilidad al sacro y las articulaciones sacroilíacas.
 A menudo descrito como un "dolor en las nalgas", el síndrome piriforme es una tensión e irritación de este músculo, que
 puede causar dolor, entumecimiento y hormigueo en la pierna. El nervio ciático se encuentra muy cerca del músculo
 piriforme, y cuando el músculo se tensa o inflama, puede comprimir e irritar el nervio.
 La causa más común del síndrome piriforme es el exceso de trabajo del músculo. Una biomecánica deficiente, un posible
 resultado de la sobrepronación de los pies y la debilidad de los músculos profundos que estabilizan la cadera, puede generar
 una tensión innecesaria en el músculo piriforme y sus estructuras circundantes.   Independientemente de por qué te dedicaste a correr, es probable que te hayas quedado con él porque disfrutas del
 Para tratar el síndrome piriforme de manera eficaz, es importante controlar inicialmente el dolor. El masaje y la   deporte. Sin embargo, correr no es fácil y, de vez en cuando, incluso los corredores más obsesionados se encuentran
 electroterapia son dos tratamientos que pueden aumentar el flujo sanguíneo a los tejidos blandos. El siguiente paso es   en una rutina, sin motivación y ya no se divierten en el entrenamiento. Si estás en una rutina, no te preocupes,
 introducir gradualmente técnicas de movilización articular para restaurar el rango de movimiento. Luego comienza a   saldrás de ella pronto. A continuación te explicamos qué puedes hacer para acelerar el proceso y salir de esa pausa y
 emplear ejercicios de fortalecimiento de la cadera y estabilidad profunda del núcleo para estabilizar la pelvis. Una evaluación   volver a divertirte, que es de lo que se trata correr.
 biomecánica completa también podría ser beneficiosa para el éxito a largo plazo.
 El síndrome piriforme a menudo se confunde con la ciática, que es un dolor en el nervio que resulta de un abultamiento del   1. Olvídate de la presión. Es muy fácil concentrarse en los resultados como corredor. Estás viendo tiempos, resultados de
 disco lumbar. Estos son dos diagnósticos diferentes, pero pueden provocar síntomas similares. Es importante diferenciar   carreras, ritmos y muchos otros datos. Todos estos pueden actuar como motivadores, pero si las cosas no salen como
 desde el principio, ya que las estrategias de rehabilitación son bastante diferentes.   esperas pueden atascarte.
            Es más fácil decirlo que hacerlo, pero trata de ponerte menos presión. Concéntrate menos en el resultado y más en el
            esfuerzo. Si terminas un entrenamiento y sientes que lo diste todo, no te preocupes por los ritmos que alcances. Cuando
            corras una carrera, ignora la lista de resultados y en su lugar presta atención a cómo corriste. Cuanta menos presión te
            ejerzas sobre ti mismo, mejor te sentirás.

            2. Participa en una carrera por diversión. Prepárate, sigue esforzándote, pero diviértete. Como se mencionó en el anterior
            punto, no mires la lista de resultados. Por ahora, nos quedamos con las carreras virtuales, pero cuando vuelvan las carreras
            en persona, sal y diviértete en el campo, choca los cinco con tus competidores y corre con una sonrisa.

            3. Prueba un desafío. Si no puedes participar en una carrera sin ponerte demasiada presión, prueba un desafío no
            competitivo. Recorre todas las calles de tu ciudad o pueblo. Hay tantos desafíos de carrera que pueden ayudarte a perseguir
            objetivos sin involucrar las presiones de la competición.

            4. Corre con otros. Únete a un club de corredores o encuentra algunos compañeros de carrera. Nuevamente, esto podría
            tener que esperar hasta después de la pandemia, pero cuando se pueda corre con otros, vale la pena intentarlo. Pasarás de
            correr en silencio y estar atrapado en tu cabeza a divertirte mientras corres y charlas con tus amigos, lo que hará que
            entrenar se sienta menos complicado.

            5. Deja tu reloj en casa. Si estás corriendo y crees que vas a buen ritmo, puede ser increíblemente desalentador mirar
            hacia abajo y descubrir que en realidad vas más lento de lo que pensabas. Sin embargo, dejar el reloj en casa y dejarse llevar
            por las sensaciones te permitirá vivir en la ignorancia. Aún así, ten cuidado con los entrenamientos, pero cuando planees
            tomártelo con calma, olvídate del ritmo y corre a la velocidad que te parezca adecuada.

            6. Hacer un cambio. Si corres principalmente por la carretera, dirígete a los senderos para cambiar de escenario. Si eres un
            corredor de senderos acérrimo, haz un viaje a la carretera. Las nuevas vistas y las nuevas rutas harán que sea más fácil
            esperar tu próxima carrera.

            7. Tren cruzado. No es necesario que corras para mantenerte en forma. Prueba el ciclismo, la natación o cualquier otro
            modo de entrenamiento cruzado que exista. Una vez más, esto mezclará las cosas y te dará un descanso de correr. Después,
            con un tiempo lejos de las carreteras, puedes regresar sintiéndote renovado y emocionado de correr nuevamente.

            8. Cambia tu horario. Si siempre corres de noche, prueba las mañanas. Si eres un corredor matutino, intenta dormir hasta
            tarde y guarda tus carreras para la noche. A veces es bueno cambiar nuestros días.


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