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Red La rutina y cambios físicos de empezar Un termómetro en el estómago para
evitar colapsos en el Mundial de Qatar
a correr
visto en la Cuando se inicia esta disciplina deportiva es importante hacerlos Marchadores y maratonianos tragarán estas cápsulas en el hacerle un seguimiento desde muchos días antes, conocer más
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progresivamente y permitir que el cuerpo se adapte a los cambios.
datos... Soy un poco crítico en ese sentido», apunta Leibar, que
Mundial de Doha y expertos controlarán su temperatura
como todos sus colegas de profesión advierte de los peligros del
corporal. Si pasan de 41 grados, recomendarán parar.
escenario que espera a los atletas en Qatar dentro de poco más de
En el siguiente cuadrod te presentamos una rutina básica
El próximo octubre, en mitad del desierto árabe, en otra noche de
un mes.
un calor imposible, un científico se acercará al entrenador de alguno
para comenzar a ejercitarse.
Aunque las pruebas de fondo empezarán en la medianoche árabe,
de los maratonianos o los marchadores que estén disputando el
Mundial y le dirá: «La temperatura corporal de su pupilo está por
se pronostica que el termómetro no bajará de los 33 o 34 grados y
encima de los 40 grados, existe un riesgo extremo de que sufra un
que la humedad estará por encima del 50% o el 60%. La
golpe de calor». Y a partir de ahí, ya veremos...
competición, además de mucho más lenta de lo habitual, será una
escabechina en la que vencerá quien se adapte mejor, no quien sea
Después de concederle a Qatar la organización del campeonato, la
Federación Internacional de atletismo (IAAF) ha impulsado un
más rápido. El único punto positivo es que servirá como preparación
estudio junto al prestigioso Hospital Aspetar de Doha para intentar
condiciones climatológicas parecidas.
controlar los efectos de su decisión. Los participantes en el maratón
y en los 50 kilómetros marcha se tomarán una novedosa pastilla
termómetro y, desde la línea de meta, a través de la radiofrecuencia
(a 433 MHz), un grupo de médicos y fisiólogos controlarán la para los Juegos de Tokio del año siguiente donde se esperan unas
temperatura de los mismos. No tendrán potestad para detener a
nadie, pero sí podrán avisar a su equipo para que, si lo estiman
conveniente, lo hagan ellos. «Sugeriremos que lo controlen y que,
por ejemplo, no fuercen si observan que se marea. Es lo único que
podemos hacer», explica el español Josu Gómez, que estará en el
equipo de especialistas presentes en Qatar.
«También contaremos con una cámara térmica en meta, así que a
cada paso podremos conocer ambas variables, la temperatura
corporal y la de la piel, aunque no nos dejarán intervenir en la
competición», expone Gómez, que ya ha utilizado la tecnología para
preparar a fondistas y marchadores españoles. Desde el pasado
junio trabaja con ellos para estudiar su respuesta individual al calor,
establecer un plan de hidratación personalizado e intentar actuar en
esa línea hasta en el más mínimo detalle. na pequeña lesión o un
complemento de kilómetros ‘menos cruel’.
Por ejemplo, gracias a las pastillas termómetro, en las pruebas que
hicieron en el Thermotron del Ejército -una especie de horno
gigante donde entrenaron los marchadores en junio- o en la propia
Doha, descubrieron que las letras de las camisetas multiplican el
calor y por eso competirán con éstas agujereadas «como un queso
gruyere».
«Las pastillas ya llevan un tiempo usándose, aunque no tanto en
competición. Las creó el ejército estadounidense hace 30 años y se
comercializan desde hace unos cuantos [a 60 euros la pastilla]. Se
han visto ya en ciclismo o en remo, por ejemplo», apunta el médico
Xabier Leibar, que ya trabajó con estas cápsulas para preparar a
olímpicos españoles antes de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004
y que actualmente ayuda en los entrenamientos de marchadores
como Júlia Takacs o Jesús Ángel García Bragado.
Según define, las pastillas contienen un pequeño termómetro digital
-con su batería- que envía los resultados a un receptor cercano, a un
metro como máximo, con una precisión de dos decimales. Las que
actualmente utiliza la IAAF y el equipo español son las que vende la
empresa francesa BodyCap, aunque cuenta con la competición de
una compañía norteamericana que fue pionera. En las últimas
pruebas con el equipo español de marcha la máxima observada fue
de 40,6 grados, pero en el Mundial de ciclismo de Doha hace tres
años se sabe que uno de los 10 mejores contrarrelojistas alcanzó los
41,4 grados, una absoluta barbaridad. El riesgo de un golpe de calor
con esos valores es altísimo.
«Para la preparación, unida a otras variables, es una herramienta
muy útil, pero su uso en competición es más complicado. Para
poder aconsejar o no la retirada a un atleta, por ejemplo, habría que
https://www.elmundo.es/deportes/mas-deporte/2019/08/26/5d62d1f8fc6c838f398b4644.html
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