100 km en 24 horas
En 1979, cuando se pusieron en marcha los maratones populares, se consideraba una gesta terminar los 42,195 kilómetros. Miles de personas han demostrado, en cambio, que es una empresa al alcance de cualquiera que se lo proponga. Es más, para una persona bien entrenada, en forma y de condiciones físicas óptimas, llegar a correr el maratón a un ritmo moderado, que le conduzca a la meta media hora más tarde de lo que es capaz, no representa ningún esfuerzo extraordinario. El maratón ha quedado desmitificado.
Ahora queremos ir más lejos. Límites mayores ya se conocen, como las carreras de 100 kilómetros, pero no es eso lo que buscamos. Nos quedamos con la distancia, los 100 kilómetros, pero no con el término carrera, por lo que representa de prueba competitiva y agónica. No queremos ni una cosa ni otra, sino que todos los maratonianos, andarines y montañeros puedan hacer 100 kilómetros, pero en un tiempo máximo de 24 horas. Puede ser corriendo, trotando, andando...
Habrá tiempo para todo.
Convocamos a toda esa legión de maratonianos que dejaron de correr porque ya no hacían marca, a esos cientos de andarines infatigables que devoran kilómetros en cada jornada y a esos miles de montañeros capaces de conquistar paraísos en las cumbres. Todos ellos saben que son capaces, en cuanto se lo propongan, de superar el reto. ¿100 kilómetros en 24 horas? Echad cuentas.
Los maratonianos saben (y quien no lo sepa, que lo pruebe) que hacer un entrenamiento de 30 kilómetros en cuatro horas (por poner un ejemplo) es como darse un paseo. Para tardar tanto tiempo ha habido que, además de haber ido muy despacio, haberse parado a comer, beber, descansar... Uno acaba tan en forma que podría repetir el mismo entrenamiento por la tarde. Bien: 30 kilómetros en cuatro horas, dos de descanso, otros 30 kilómetros, otras dos de descanso, de nuevo 30 kilómetros y ya van 90 en 16 horas. Quedarán por hacer 10 kilómetros en un tiempo máximo de ocho horas. ¿Quién no es capaz de ello?
Andando también salen las cuentas. A cinco kilómetros por hora son suficientes 20 horas para completar la prueba. Los andarines alcanzan incluso un ritmo de marcha mucho mayor, por lo que pueden disponer de mayor tiempo para descansar. Y de los montañeros, no digamos. Ellos, que rompen monte, conquistan cimas y atraviesan cordilleras, por un camino bueno y sin peso serian capaces de alcanzar los confines del mundo. Ésta es su oportunidad para dar una medida de lo que son capaces. Merece la pena probar. En Suiza existe una prueba similar y acaban 4.000 personas. Cuando los maratones populares llegaron a España, en Nueva York corrían 6.000 personas y en Madrid salieron 8.000. Así que estamos preparados para todo. De momento, os damos a conocer el proyecto, que la prueba será en junio, para aprovechar que la noche es más corta, que la salida y la llegada estará en Madrid, que contaremos con toda la infraestructura necesaria para establecer campamentos con áreas de descanso y avituallamiento y que, a partir de ahora, te ofreceremos planes de entrenamiento que se ajusten a todo tipo de aspirantes. Los maratonianos, por lo pronto, ya saben que su temporada no acaba después de correr en Valencia, Sevilla, Barcelona o Madrid, sino que precisamente a partir de entonces comienza su reto inédito. De nuevo se nos presenta la maravillosa sensación de poder alcanzar algo desconocido y que parece mostrarse fuera del alcance de nuestros límites.
¡Vamos a ir a por ello!